domingo, 8 de abril de 2012


Nunca quise ser la clase de chica que lloraba con facilidad, a la que podían herir sin esfuerzo y verla llorar frente a ellos, siempre he tratado de esconder esa vulnerabilidad, siempre trate de ser fuerte. No soy de esas personas que tienen mucho que contar, que pueden narrarte una historia fantástica, esas personas que sobresalen entre todos lo demás. Vivo deseando liberarme de todos mis demonios interiores que me carcomen, simplemente un día mis ojos se volvieron fríos, mi rostro reflejaba tristeza, y esa tristeza se fue apoderando de mi, dejándome sin escapatoria, obligándome a tragarme cada día todo el sufrimiento que aun padezco, que aun sigue aquí, que nunca se ha ido, ese sentimiento que se quedo impregnado en mi, este cuerpo sin alma, sin escapatoria, sin luz, vive.

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